La importancia de usar chalecos salvavidas en la navegación

En Canadá, el país con una gran cantidad de agua dulce y tres océanos que lo rodean, no es sorprendente que haya 10 millones de personas que disfrutan de la navegación en botes de motor, canoas y veleros. Sin embargo, la navegación también es la principal causa de ahogamiento en el país. En el año 2000, aproximadamente un tercio de todas las muertes relacionadas con el agua ocurrieron durante la navegación. Lo más preocupante es que el 85% de las víctimas no estaban usando un dispositivo de flotación personal (DFP) o chaleco salvavidas.

¿Usar o no usar?

Según un estudio de la Guardia Costera de Canadá en el año 2000, solo el 20% de los navegantes canadienses usaban chalecos salvavidas. Estudios posteriores revelaron información útil sobre la actitud de los canadienses hacia los DFP:

  • La decisión de usarlos se basa en el nivel de riesgo presente.
  • La mayoría de las personas usaría un DFP si el operador del bote se lo pidiera.
  • A medida que alguien se involucra más en actividades de navegación, disminuye la percepción de riesgo y la tasa de uso de DFP.
  • La mayoría de los navegantes piensa que las actividades de navegación serían más seguras si usaran un DFP.
  • Más del 90% de los navegantes tienen la cantidad adecuada de DFP a bordo.

A pesar de que la mayoría de las personas reconocen el valor de los dispositivos de flotación y los llevan consigo, ¿por qué la tasa de uso es tan baja? Los navegantes argumentan que los chalecos son incómodos, limitan la movilidad para la pesca y la caza, o tienen materiales manchados y malolientes.

La investigación de la Guardia Costera indica que las campañas para aumentar el uso de DFP deben comenzar con la educación pública sobre los chalecos salvavidas y los DFP, así como las características disponibles en el mercado.

Un chaleco salvavidas no es un DFP

Muchos canadienses desconocen la diferencia entre un chaleco salvavidas y un DFP. Además, no se dan cuenta de que estos dispositivos ahora son más fáciles de usar y permiten una mayor movilidad. Los antiguos y voluminosos chalecos salvavidas naranjas ya no son necesarios para los navegantes recreativos.

Originalmente, los chalecos salvavidas fueron diseñados para marinos profesionales que podrían caer al agua boca abajo y perder el conocimiento en una emergencia en el mar. Un chaleco salvavidas gira al usuario para que quede boca arriba. Debe ser de color rojo, naranja o amarillo para que pueda ser visto por los equipos de búsqueda y rescate en vastas extensiones de agua. Se lleva suelto para permitir que el agua fluya debajo y gire al usuario boca arriba.

En general, la navegación recreativa no requiere el alto nivel de rendimiento ofrecido por los chalecos salvavidas. Los DFP están diseñados para mantener la cabeza de una persona consciente fuera del agua en condiciones tranquilas y ayudarla en aguas agitadas. Los DFP están pensados para ser usados constantemente y deben ajustarse correctamente.

Los nuevos DFP ofrecen comodidad, estilo y flexibilidad, con una amplia gama de modelos, tamaños y colores. De hecho, hay un DFP para casi todos los tipos de cuerpo, gustos y propósitos. Los fabricantes y los funcionarios de seguridad esperan que los navegantes vean los DFP actuales como accesorios de moda que desean usar.

La educación pública y la regulación son clave para aumentar la tasa de uso de DFP. Sin embargo, las campañas anteriores han tenido un impacto mínimo en las tasas de uso. La Guardia Costera está utilizando su investigación como base para una estrategia de comunicación más efectiva para persuadir a los navegantes canadienses a usar sus DFP.

Además de la educación, los navegantes recreativos ya están sujetos a regulaciones relacionadas con la seguridad. Estas regulaciones incluyen el equipo de seguridad que debe llevarse a bordo y las precauciones de seguridad que deben tomarse antes y durante el viaje en bote, así como sanciones por operación descuidada de una embarcación. También existen regulaciones de colisión que requieren que el operador mantenga una velocidad segura, mantenga una vigilancia constante y utilice todos los medios disponibles para evitar una colisión. Además, desde 1999, se requiere que todos los operadores demuestren su competencia antes de 2009.

Algunos sugieren que los esfuerzos educativos solo tendrán éxito en aumentar el uso de DFP si se combinan con legislación obligatoria. Otros creen que los mejores resultados se lograrán invirtiendo en capacitación y educación para lograr el cumplimiento voluntario, combinado con medidas dirigidas a grupos que no cumplen con las regulaciones.

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