Categorías de riesgo de Basilea
Las directrices de Basilea son el estándar de oro a la hora de identificar y gestionar los riesgos operativos. Es por esto que cada organización busca alinear sus prácticas de gestión de riesgos con las recomendadas por el Banco de Pagos Internacionales. Las pautas proporcionadas son bastante completas.
los Banco de acuerdos internacionales recomendó que cada riesgo operativo se clasificara en una de siete categorías. En este artículo, analizaremos más de cerca estas siete categorías y cómo esta clasificación ayuda a una mejor gestión de riesgos.

- Fraude interno: La primera y más obvia causa del riesgo operativo es el fraude interno. Esto significa que al menos una parte interna puede conspirar con otras partes internas o externas para causar pérdidas intencionalmente a la organización. Hay varias razones detrás del fraude en el hogar. Por ejemplo, una persona con información privilegiada puede intencionalmente querer apropiarse indebidamente de la propiedad que pertenece a la empresa. En otros casos, simplemente pueden estar asumiendo más riesgos tratando de eludir los sistemas que se han construido.
- Fraude externo: Las empresas tratan con una amplia variedad de terceros. Es posible que algunos de estos terceros no tengan la intención de tratar de manera justa y honesta con la empresa. En cambio, es posible que quieran defraudar a la empresa extrayéndoles dinero o engañando a la empresa para que infrinja la ley. En tales casos, ninguna parte interna está involucrada en la actividad fraudulenta.
- Prácticas Laborales y Seguridad en el Trabajo: Las demandas en el lugar de trabajo, como las que se basan en el incumplimiento de las leyes sobre diversidad étnica o de género, pueden entrar en esta categoría. Es posible que la empresa no haya tolerado la mala conducta de sus empleados. Sin embargo, será responsable y tendrá que pagar daños y perjuicios. Las empresas también pueden enfrentar riesgos operativos si no se siguen las políticas de salud y seguridad de los trabajadores. Como resultado, es posible que deban pagar daños y perjuicios al personal lesionado o dañado de otro modo.
- Clientes, Productos y Prácticas Comerciales: Una empresa puede enfrentar riesgos operativos debido a los clientes con los que elige trabajar. Por ejemplo, firmas de consultoría como Arthur Andersen fueron multadas por fraude cuando se descubrió que sus empleados estaban confabulados con los estafadores de Enron. De manera similar, una empresa puede enfrentar el riesgo operativo de no cumplir con sus obligaciones con el cliente. Los bancos de inversión han sido sancionados por aconsejar erróneamente a sus clientes que compren ciertos valores cuando ellos mismos estaban a punto de venderlos. Las empresas que fabrican productos también pueden enfrentar demandas si venden productos defectuosos que no funcionan según lo previsto.
- Pérdidas de activos tangibles: Las organizaciones de todo el mundo gastan mucho dinero para crear activos físicos. Las empresas tienen que gastar dinero para construir fábricas, comprar maquinaria, vehículos u otros bienes que puedan ser necesarios para su negocio. Sin embargo, estos activos pueden ser destruidos en disturbios, ataques terroristas o incluso actos de Dios. Dado que la construcción de estos activos requiere un gran desembolso de capital, las pérdidas también pueden ser significativas. Es por ello que en estos casos es necesaria una gestión eficaz de los riesgos operacionales. Es importante tener en cuenta que los activos físicos de TI, como servidores y computadoras, también se incluyen en esta categoría, aunque existe una categoría separada para los activos físicos.
- Interrupción del trabajo: Las organizaciones de todo el mundo se han vuelto globales por naturaleza. Esto fue posible gracias a la tecnología que fue un habilitador. Es importante darse cuenta de que debido a que el negocio está impulsado por la tecnología, también puede verse afectado por la tecnología. Si una empresa experimenta una interrupción o un robo de datos debido a un mal funcionamiento de sus sistemas comerciales, podría sufrir graves pérdidas. Estas pérdidas pueden estar relacionadas con la pérdida de ingresos comerciales. Sin embargo, también pueden estar relacionados con procesos que pueden ocurrir debido a datos comprometidos.
- Entrega y gestión de procesos: Las empresas también pueden enfrentar riesgos operativos, ya que es posible que no puedan cumplir las promesas hechas en sus contratos. Por ejemplo, se puede exigir a una empresa que produzca y entregue una cierta cantidad de bienes. Sin embargo, es posible que no puedan cumplir su promesa debido a la incapacidad de obtener materias primas debido a una huelga de trabajadores. Alternativamente, es posible que haya calculado mal el tiempo que le llevaría completar la tarea y se comprometió en exceso. Y esto puede acarrear pérdidas en forma de multas, sanciones, maestrías y pérdida de reputación. Por ello, estos escenarios también deben incluirse en la lista de riesgos operacionales y se debe intentar evitarlos o mitigarlos en caso de que se produzcan. Este marco es extremadamente útil para las empresas que buscan identificar sus riesgos operativos. Dado que todos los riesgos se pueden categorizar en estos siete segmentos, sirven para reflexionar. También estandariza el proceso de identificación de riesgos en todos los negocios.
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