Los enfoques de la gestión de riesgos

Existe una idea errónea común sobre la gestión de riesgos de que el propósito de la gestión de riesgos es eliminar por completo el riesgo de un negocio. Esto no es realmente cierto porque eliminar el riesgo es prácticamente imposible. En cambio, el objetivo de la gestión de riesgos es primero asegurar que la organización tenga una imagen clara del nivel de riesgo que está preparada para asumir y luego asegurar que el riesgo se mantenga dentro de estos límites.

Existen diferentes enfoques para la gestión de riesgos que generan diferentes tipos de resultados para la organización en cuestión. Por lo tanto, la organización debe elegir qué enfoque desea seguir. Los tipos de enfoques comúnmente seguidos se han mencionado en este artículo.

Riesgo y retorno

Si le pregunta a la gerencia de una organización si quiere reducir el riesgo en su negocio, lo más probable es que la respuesta sea un rotundo sí. Sin embargo, debe entenderse que la gestión de riesgos no funciona en silos. Existe una relación clara y directa entre riesgo y rentabilidad. Por lo tanto, si una empresa quiere minimizar el riesgo, es probable que también termine minimizando las ganancias. ¡Aquí es donde las cosas se complican!

Algunas organizaciones quieren crecer rápidamente. Por lo tanto, por definición, deberían asumir más riesgos para permitir que la organización logre un crecimiento más rápido. Las empresas deben ser conscientes de esta relación riesgo-recompensa. Tener una política de minimizar el riesgo y maximizar la recompensa puede ser inconsistente y generar resultados negativos.

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Enfoques de la gestión de riesgos

A continuación, se detallan los enfoques seguidos frecuentemente en el proceso de gestión de riesgos:

  1. Prevención de riesgos : La estrategia más básica se llama prevención de riesgos. En este enfoque, la empresa evita tomar riesgos tanto como sea posible. Sin embargo, esta estrategia no es viable para muchas empresas. Esto se debe a que la mayoría de las empresas tienen riesgos asociados. Por lo tanto, si una empresa simplemente está tratando de evitar tomar riesgos, debería reducir drásticamente el alcance de sus actividades. El resultado final de este enfoque es que hay pocos incentivos para participar en una actividad.  
  2. Diversificación: La diversificación es una de las estrategias más antiguas y básicas de la gestión de riesgos. En este enfoque, la empresa intenta deliberadamente participar en actividades comerciales muy diferentes. Debido a que las empresas son tan diversas, por lo general no experimentan eventos comerciales negativos todos a la vez. El resultado neto es que si algunas actividades fallan, otras tienen éxito automáticamente y los resultados generales se estabilizan. El problema con esta política es que no se puede aplicar en todas partes. Sólo puede aplicarse en conglomerados que operen en actividades diferentes.  
  3. Transferencia de riesgo: Otra forma de gestionar el riesgo es transferir el riesgo a una parte externa. Hay muchas partes externas, como las compañías de seguros, que están dispuestas a correr el riesgo a cambio de una recompensa. Sin embargo, no es posible encontrar pólizas de seguro para todos los riesgos. Aquí es donde también entran en juego los derivados. Los derivados son instrumentos financieros cuyos flujos de efectivo subyacentes varían dependiendo de la ocurrencia de ciertos eventos de riesgo. Los derivados ayudan a las empresas a transferir contractualmente su riesgo a terceros. Es importante darse cuenta de que en estos casos el riesgo no se elimina por completo. La empresa aún enfrenta el riesgo de contraparte, que es el riesgo de que la contraparte no pague si ocurre un evento adverso.  
  4. Retención de riesgo: La retención de riesgos es una estrategia por la cual la empresa decide mantener los riesgos en las cuentas. Esta política puede resultar del alto costo de la transferencia. Alternativamente, también podría deberse a que la empresa tiene mucha confianza en sus controles internos. Las empresas que cuentan con un buen proceso de control del riesgo operacional tienden a poseer los riesgos. Esto se debe a que confían en que pueden manejar el impacto del riesgo por sí mismos. Sin embargo, es importante que una empresa cuente con un flujo de caja sólido para amortiguar los choques que pudieran surgir por la no transferencia de riesgos.  
  5. Riesgo compartido: También existen enfoques híbridos para la gestión de riesgos. Con estos enfoques, la empresa enfrenta las consecuencias del riesgo hasta cierto umbral. Una vez que se supera el umbral, el riesgo se transfiere a una parte externa. La idea aquí es facilitar la gestión de riesgos. La empresa puede soportar pérdidas menores. Sin embargo, recibirá ayuda en caso de pérdidas catastróficas. Debido a que las pérdidas catastróficas son menos probables, la prima por transferir esos riesgos es menor. El riesgo compartido se puede utilizar como una estrategia eficaz para obtener una cobertura más amplia a un costo menor.  
  6. Control de fugas: Esta estrategia es utilizada por organizaciones que tienen una cierta cantidad de activos líquidos. Tienden a mantener activos hasta que se alcanza un cierto umbral predefinido. Este umbral a menudo se llama "detener las pérdidas" indicar. Una vez que se alcanza el umbral, se activan órdenes automáticas para vender los activos y minimizar la pérdida. La idea detrás de esta estrategia es asegurar que los activos no se vendan con pequeñas diferencias de valoración. Sin embargo, cuando se detecta una caída significativa en la valoración, los activos deben venderse para minimizar las pérdidas.
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En última instancia, el mismo riesgo se puede gestionar de diferentes maneras según la política subyacente de la empresa. Es importante crear una política basada en los diferentes enfoques mencionados anteriormente.