La necesidad de desarrollar el pensamiento en red y el séptimo sentido para triunfar

La era de las redes


Vivimos en la era de las redes. Las redes están en todas partes y en cualquier lugar, y la conectividad en tiempo real y las comunicaciones móviles significan que no podemos prescindir de desarrollar nuestra capacidad de pensar en términos de pensamiento en red.

De hecho, dado que vivimos en un mundo globalizado, donde los acontecimientos de una parte del mundo se transmiten y difunden instantáneamente a todos y en todas partes, significa que debemos tener las habilidades necesarias para navegar por este terreno en el que las redes globales dominan nuestro mundo.

El séptimo sentido


Algunos autores han definido esta capacidad como la habilidad de pensar en términos del séptimo sentido: además de la capacidad de intuir e identificar tendencias emergentes, es necesario desarrollar un sentido de red en el que los enfoques de arriba abajo y de abajo arriba no sean binarios, es decir, que no sea posible que el paradigma dominante sea el de arriba abajo o el de abajo arriba, o uno u otro.

En otras palabras, en una época en la que el pensamiento jerárquico descendente era la norma, los directivos y profesionales solían pensar en términos de estas jerarquías. Con la llegada del sector servicios y el auge de Internet, este enfoque dio paso rápidamente a una combinación de pensamiento descendente y ascendente necesaria para el éxito.

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Sin embargo, las habilidades de pensamiento en red no son sólo descendentes o ascendentes, ni siquiera una combinación de ambas, ya que los atributos del pensamiento emergente y del pensamiento sistémico hacen que ninguno de los dos enfoques funcione.

En su lugar, la norma es estudiar las redes utilizando el pensamiento sistémico y llegar a decisiones no lineales en los procesos de pensamiento.

En otras palabras, el pensamiento en red significa que un acontecimiento o hecho, o incluso una tendencia o señal, no se presta a resultados lineales en los que sea fácil predecir lo que ocurre utilizando procesos de pensamiento lineal.

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El caso de Donald Trump y el Brexit como fracasos del pensamiento lineal


Consideremos el caso de las recientes elecciones estadounidenses que llevaron a la elección de Donald Trump como presidente. La mayoría de los encuestadores se equivocaron porque utilizaron extrapolaciones lineales y razonamientos directos de sondeos y encuestas que predecían una victoria de Hillary Clinton.

Sin embargo, el amplio uso de las redes sociales, como Twitter y Facebook, permitió a los que pensaban en línea predecir el resultado correcto, mientras que los que seguían el pensamiento tradicional se equivocaron.

De hecho, ni siquiera el voto del Brexit, en el que la mayoría de los británicos votó a favor de abandonar la Unión Europea, fue predicho por quienes pensaban en términos de modelos lineales.

Estos ejemplos indican que el estado actual de conectividad global y comunicaciones instantáneas ha generado un sistema en el que las perturbaciones en un nodo de la red se transmiten a otros nodos y toda la red se ve perturbada, lo que conduce a resultados que no pueden predecirse o anticiparse mediante formas lineales de pensamiento.

Esto significa que, para tener éxito en el siglo XXI, es necesario desarrollar un pensamiento de red en el que la capacidad holística para identificar los patrones de señales y los resultados de las interacciones de los nodos individuales sea la clave del éxito.

Desarrollar el pensamiento de red


Si eres un estudiante que aspira a convertirse en un profesional técnico o de gestión, quizá te interese aprender el pensamiento sistémico, que te da la capacidad de inferir los resultados de los acontecimientos y el impacto de esos acontecimientos de una parte o nodo de la red en las demás partes, así como en la red en su conjunto.

Para ello, practica imaginando que el mundo entero es una red y que cada nodo está conectado a los demás a través de conexiones globales y locales.

De hecho, incluso si pensamos en el globo como una vasta red, ni siquiera los acontecimientos puramente locales pueden pasarse por alto porque, al fin y al cabo, los efectos de red vienen determinados por la intersección de lo global y lo local.

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No se pueden ignorar los acontecimientos locales y, por tanto, hay que desarrollar un pensamiento glocal.


Por lo tanto, es esencial que los profesionales y los líderes empresariales se anticipen tanto a lo global como a lo local, pensando en términos glocales, es decir, anticipando los efectos de los acontecimientos globales sin dejar de estar arraigados en lo local.

Por ejemplo, en caso de disturbios, terremotos o fenómenos meteorológicos extremos, tenemos que combinar el pensamiento global con el local, transmitiendo el impacto a otras partes de la red, que puede ser de carácter global, y respondiendo al mismo tiempo en términos puramente locales a sucesos que pueden perturbar los negocios o incluso la vida personal.

Este es especialmente el caso de los líderes empresariales de la India, que operan a escala mundial, pero al mismo tiempo aplican el pensamiento de red a acontecimientos puramente locales, asegurándose de responder de manera global.

Desarrollar una calma zen


Por último, cualquiera que utilice el pensamiento en red es consciente de que es sencillamente imposible evaluar y medir los resultados de una decisión o acontecimiento y que, por tanto, lo mejor es desarrollar también un estado de ánimo similar al zen, es decir, la capacidad de mantener la calma y la serenidad ante acontecimientos que evolucionan rápidamente, en los que hay que reaccionar a cada nueva actualización en directo sin perder la ecuanimidad.

En otras palabras, es mejor que los pensadores en red desarrollen también la atención plena, para no verse abrumados por procesos de pensamiento sobrecargados que pueden impedir, obstaculizar e interferir en la toma de decisiones con calma.